Actualmente me encuentro en un proceso de mudanza. Nos mudamos no solo de casa, sino también de isla, por lo que podrás imaginarte qué momento tan fantástico para limpiar, renovar y reflexionar sobre todas cosas que acumulamos casi sin darnos cuenta.
¿Qué son los apegos?
Los apegos son vínculos que establecemos con situaciones, personas, objetos e incluso emociones; y que en muchas ocasiones, más que aportarnos seguridad y bienestar, nos alejan y bloquean para tomar acción y evolucionar.
¿Por qué surgen los apegos?
Todo es cuestión de mente. A través de las experiencias que vivimos y las personas con las que las compartimos, creamos estos lazos invisibles que por lo general están asociados a una carga afectiva muy intensa y duradera en el tiempo.
Miedo, inseguridad, baja autoestima, sensación de pérdida de control e incluso tu propio sistema de creencias pueden ser activadores potenciales de nuevos apegos en tu vida.
¿Qué clase de apegos existen?
He de decir, que absolutamente, todos los apegos son EMOCIONALES ya que por naturaleza los apegos están asociados a vínculos afectivos que establecemos con otro elemento. La diferencia está en esta segunda parte:
Apego a las relaciones
Podemos sentirnos muy unidos a otra persona como puede ser una madre, un hijo, una pareja, un amigo, una mascota, un club, etc…
Todos los apegos personales son situaciones asociadas a mucho dolor, comparable, en algún caso, a un duelo.
Apego a situaciones
Un ejemplo de esto sería por ejemplo, una persona que está acostumbrada a ser el centro, recibiendo todas las miradas y atenciones. En este caso, esta persona pudiera acabar desarrollando actitudes o acciones con tal de no perder esta atención.
Si pensamos por otro lado, en situaciones físicas; hay personas que desarrollan un apego a su casa, a su barrio, su ciudad e incluso su país. Y de esta manera, siempre buscarán los argumentos más valiosos para justificar que quedarse donde están es la mejor opción.
El apego a situaciones o creencias, nos lleva a quedarnos atrapados en nuestra zona de confort y sentir como una amenaza cualquier acción que se salga de lo conocido.
Tengo apego a lo material
Sentir que eliminar un determinado objeto de tu vida, puede ser una mala decisión; es señal de un apego físico hacia él. En muchas ocasiones la cultura del «por si acaso» es un interruptor que favorece la activación de los apegos materiales.
15 minutos para identificar y comenzar a gestionar los apegos
El programa 19 dedicamos quince minutos para hablar de los apegos. ¿Cómo identificarlos?, ¿por qué surgen? y ¿cómo activar mecanismos para liberarnos de ellos?
Si todavía no lo has escuchado pincha aquí para hacerlo.

¿Cómo identificar si tengo apego a algo o alquien?
La clave está en la atención. Escucha tu cuerpo, escucha tu mente y sobre todo, escucha tus palabras.
La mayoría de las veces, verbalizas la respuesta que estás buscando.
Algunos mensajes a los que puedes prestar atención es identificar situaciones en las que te oigas diciendo o pensando:
- es que siempre…
- por si acaso…
- y si…
- como voy a hacer ahora si…
- pero es que…
Si tomas distancia y logras verte fuera de la revolución emocional asociada a la situación, estoy segura que descubrirás mucha información de valor en cada una de estas situaciones.
¿Qué puedo hacer para liberarme de los apegos?
Lo más importante es identificarlos, reconocerlos y desde ahí tomar consciencia que quieres liberarte de ellos. Habrá muchas ocasiones en la que sentirás resistencias de tu propio sistema para evitar salir de la zona de confort. Simplemente, toma consciencia de ello y permítete ese espacio de reflexión.
Asimismo, hay apegos que pueden resultar más fáciles de liberar. Es normal, todo depende de la carga afectiva asociada, tu estado emocional e incluso tu nivel de consciencia de la situación y de ti mismo. Cuando sientas que estás entrando en lucha, simplemente, para y permítete descubrir que tiene para ti.
Transforma la culpabilidad por curiosidad en este momento.
Dicho esto, aquí tienes algunas propuestas de ejercicios que puedes ir poniendo en marcha de forma sencilla y que te ayudarán a ir soltando apegos en tu vida.
- El poder de la maleta de mano. Imagina que vas a hacer un viaje de diez días y que lo único que todo lo que vas a llevar ha de caber en una maleta de mano. ¿Qué llevarías?
Este ejercicio es un forma de detenerte y preguntarte: ¿esto lo necesito realmente?, ¿qué pasaría si no lo tuviera?, ¿podría reemplazarlo por otra cosa que me aporte el mismo valor?, ¿qué función tiene este objeto en mi vida?
De todo corazón te invito a que practiques este ejercicio cada vez que te vayas de viaje e incluso dos o tres veces al año. Estoy segura que te descubrirás ante un montón de apegos, de los que podrás liberarte fácilmente.
- Escribe y conecta. La escritura es uno de los ejercicios más potentes con el que conseguir calmar todo el ruido mental y centrarte en lo verdaderamente importante.
Cuando hagas este ejercicio, te invito a que crees una atmósfera de tranquilidad y bienestar. Coge un lápiz y un papel y permite que tu mano escriba; sin juicios, sin análisis, simplemente, conecta y permítete liberar todas tus inquietudes.
Puedes escribir una pregunta y justo debajo darte respuesta. Crear un diario e incluso escribirte una carta a ti mismo o a esa situación, persona u objeto por el que sientas que tienes apego. Disfruta de ese momento, porque gracias a él podrás conectar con tus emociones más ocultas.

- Visualiza. No se trata de imaginar sin más o de desear una situación. En esta ocasión, te invito a que uses el poder de tu mente creativa y de todo tu sistema al completo para conectar con todo lo BUENO que te aporta una determinada situación, persona o emoción.
En una primera parte, visualiza esa situación de apego y conecta con todo lo positivo que te aporta, todo aquello que te llena y te hace vibrar. Anótalo.
Ahora, imagínate sin eso, en otra situación en la que has sustituido, transformado o eliminado ese elemento. Y aunque tu mente, tratará de conectar en primer lugar con todo lo «negativo» de la misma; usa tu poder para conectar con todo lo bello y valioso que tiene esta nueva situación para ti. Estoy segura que descubrirás un universo de posibilidades frente a ti y sobre todo, te ayudará a calmar tu ansiedad por la pérdida.
- Transforma los «y si» por «como si». En el programa 18 del Podcast Remociónate ya hablamos de este ejercicio tan potente.
Por cada «y si» que imagines, puedes crear un millón más. Sin embargo, lo único que haces es bloquearte y paralizarte por algo que puede o no puede pasar. Cuando haces la transformación y redices tu frase con un «como si», lo que consigues es enfocar todo tu organismo hacia una realidad que deseas y que te aporta aquello que quieres.
El poder de reenforcarte es la clave de la liberación.
Para finalizar, recuerda:
Todo proceso de cambio requiere de unos tiempos de asimilación y consolidación. Respeta tus ritmos, escucha tus emociones y sobre todo, DISFRUTA DE ESTE MOMENTO, porque al final, es lo único que tienes.